Carl Djerassi (Viena, 1923) camina despacio, apoyándose en su muleta, pero con paso seguro. Seis décadas después de inventar la píldora anticonceptiva y a punto de cumplir 90 años, el científico reconvertido en literato continúa trabajando. Emerge de su habitación a las nueve de la mañana vestido con un traje color hueso y elige un sofá mullido para sentarse en la cafetería VIP de la quinta planta del hotel Miguel Ángel, donde se aloja invitado por la Fundación del Banco Sabadell para dar una conferencia en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
Antes de acomodarse, coloca cuidadosamente un soporte desmontable que lleva consigo para que su pierna descanse mientras conversa y se sirve un vaso de agua. No toca el resto del bufé. “Ya he desayunado”, explica con su voz áspera, resultado de la radioterapia a la que le sometieron por un tumor de garganta.